En mayo de 1971, Dênis Casemiro, albañil brasileño de 28 años miembro del grupo armado Vanguardia Popular Revolucionaria (VPR), murió a causa de torturas de agentes del Departamento de Orden Político y Social (DOPS). Sus restos fueron los primeros en ser identificados tras el hallazgo de una fosa común clandestina en el cementerio de Perus en septiembre de 1990. Este acontecimiento tuvo consecuencias significativas para el Estado brasileño y para la familia Casemiro. Un entierro digno tuvo lugar el 13 de agosto de 1991 en Votuporanga, São Paulo, ciudad natal de la familia Casemiro, casi 20 años después de su muerte.
Sin embargo, la identificación realizada hace 34 años por forenses de la Universidad de Campinas (Unicamp) fue incorrecta. La situación se corrigió el 16 de abril gracias a una serie de nuevos exámenes realizados bajo el Proyecto Perus, colaboración entre el Ministerio de Derechos Humanos y Ciudadanía, la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp) y la Alcaldía de São Paulo, liderada por el Centro de Antropología y Arqueología Forense (CAAF/Unifesp) y la Comisión Especial sobre Muertos y Desaparecidos Políticos (CEMDP).
En el Centro de Antropología y Arqueología Forense, los restos que fueron confirmados como pertenecientes a Dênis Casemiro se sometieron a tres análisis, incluida una identificación genética, en la que se extrae ADN de los restos y se compara con material genético de familiares directos de la persona fallecida.
Este trabajo fue coordinado por el profesor Edson Teles, que retomó la identificación de restos hallados en la fosa común de Perus después de que este proceso quedó casi paralizado y la comisión especial fue desmantelada durante el gobierno de Jair Bolsonaro (2019–2022). El presidente Luiz Inácio Lula da Silva reactivó la comisión y retomó las identificaciones en 2024.
La fosa común en Perus contenía 1092 fragmentos óseos y los expertos estiman que al menos 42 desaparecidos políticos fueron enterrados allí. Los organizadores del proyecto recolectaron datos genéticos de 34 familias. Según la procuradora federal regional, Eugênia Augusta Gonzaga, presidenta de la comisión, el trabajo de comparación con el material disponible está concluido en un 80%. En el caso más reciente, algunos huesos de Perus fueron comparados con muestras de ADN de la familia Casemiro y arrojaron un 100% de coincidencia.

«Tuvimos suerte porque había una demanda abierta [sobre este caso], con un juez y un fiscal que la estaban siguiendo. El Ministerio de Derechos Humanos accedió a continuar con esta exhumación [de los restos que se pensaba que pertenecían a Dênis Casemiro]», dijo Gonzaga a Agência Pública. La demanda fue presentada con el consentimiento de su familia.
Los restos de Casemiro fueron exhumados porque, cuando se realizó la identificación anterior en 1991, las autoridades brasileñas no tenían acceso a la tecnología de pruebas de ADN. En aquel entonces, se superpuso una fotografía suya sobre un cráneo hallado en ese momento. Su hermano, Dimas Casemiro, que fue asesinado por la dictadura un mes antes que él, en abril de 1971, fue enterrado en el mismo cementerio en Votuporanga. La identificación de Dimas se realizó en 2018, cuando las pruebas de ADN ya estaban disponibles.
Cuando los huesos atribuidos a Dênis se compararon con el ADN de la familia Casemiro, los investigadores concluyeron que los restos enterrados en 1991 no eran de él.
Los restos que fueron enterrados como Dênis Casemiro hace más de 30 años ahora forman parte del archivo del Proyecto Perus, y hasta el momento no han sido relacionados con ninguna de las muestras de ADN disponibles actualmente en la base de datos genética.
La reciente identificación de Dênis Casemiro y de otra persona, Grenaldo de Jesus da Silva, es el el primer resultado positivo entre las víctimas halladas en la fosa común de Perus desde 2018. Silva fue asesinado a los 31 años, en 1972, cuando secuestraba un avión en el aeropuerto de Congonhas con la intención de huir del país.

Con las identificaciones de Casemiro y Silva, ya son seis los militantes políticos reconocidos entre los restos encontrados en la fosa común de Perus. El anuncio oficial, realizado el 16 de abril de 2025, tuvo lugar tres semanas después de que el Estado brasileño pidió disculpas por la negligencia en la identificación de los restos hallados en el sitio.
No obstante, para Edson Teles, el error no fue producto de la negligencia, sino de una limitación técnica. «Hoy tenemos acceso a la comparación genética entre el ADN de los familiares y el material óseo, lo que nos permite tener mayor certeza sobre el resultado final y posibilita la revisión de los hallazgos», afirmó el coordinador del Centro de Antropología y Arqueología Forense en entrevista con Agência Pública.
Según Gonzaga, presidenta de la Comisión Especial sobre Muertos y Desaparecidos Políticos, tanto la familia de Casemiro como la de Silva ya han sido informadas sobre las coincidencias.
Informes falsos y entierros en Perus

Ambos hombres ahora identificados, Dênis Casemiro y Grenaldo de Jesus da Silva, fueron asesinados por agentes del Estado, y sus informes de defunción fueron falsificados en el Instituto Médico Legal en Brasil). Fueron enterrados de forma anónima en Perus, a pesar de que los responsables de sus muertes sabían perfectamente quiénes eran.
Según la Comisión sobre los Desaparecidos y la Comisión Nacional de la Verdad, que documentaron los crímenes cometidos durante la dictadura, Casemiro fue detenido en abril de 1971 por un equipo del Departamento de Orden Político y Social. Fue torturado durante un mes en una comisaría de São Paulo y no sobrevivió a la violencia que sufrió.
Documentos del Departamento de Orden Político y Social indican que a Casemiro le dispararon cuando intentaba escapar de prisión y que fue hallado hospitalizado en Ubatuba, ciudad costera del estado de São Paulo, al día siguiente. Los agentes lo habrían trasladado a un hospital, donde supuestamente murió en el camino. El informe del Instituto Médico Legal respalda esta versión, pero omite las marcas de tortura que cubrían su cuerpo.
Grenaldo de Jesus Silva se alistó en la Marina en 1960, a los 18 años, y se convirtió en miembro de la Asociación de Marineros y Fusileros Navales de Brasil (AMFNB), organización que luchaba por mejores salarios para marineros, soldados y cabos. El movimiento fue declarado ilegal poco después del golpe de Estado de 1964 y Silva fue uno de los 414 marinos arrestados. Logró escapar de prisión y comenzó a vivir en la clandestinidad en São Paulo.
El 30 de mayo de 1972, Silva le dijo a su esposa que no se sentía seguro viviendo en la clandestinidad, escribió una carta en la que revelaba su situación y secuestró un avión de la aerolínea Varig en el aeropuerto de Congonhas. La aeronave fue rodeada por policías que intentaron negociar con él. Silva liberó a los pasajeros y, según la versión oficial, al darse cuenta de que no podría escapar, se suicidó de un disparo en la cabeza.
Esa versión se mantuvo en los informes oficiales hasta 2003, cuando la revista Época localizó al controlador de vuelo que estaba de servicio durante el secuestro y a un mecánico de Varig que estaba a bordo del avión. El controlador afirmó que Silva llevaba una carta pegada a la camisa en la que decía que iba rumbo a Uruguay, ya que no podía conseguir empleo por falta de documentos, y que más adelante iría a buscar a su esposa y a su hijo.
El mecánico de vuelo declaró que fue obligado a confirmar la versión del suicidio y que el disparo fatal que sufrió Silva fue en la parte posterior de la cabeza.