Buscar

Lo que hacen los comunicadores populares en primera línea para combatir la pandemia en los suburbios y favelas de cinco capitales del país

Reportagem
1 de abril de 2020
16:16
Este artigo tem mais de 3 ano
Idioma Español

En los suburbios, favelas, cerros y zonas pobres de Brasil, donde viven casi 14 millones de personas, las instrucciones de prevención del Ministerio de Salud no son fáciles de cumplir. En estos territorios clasificados por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística como “aglomeraciones irregulares”, los comunicadores populares son esenciales.

Ante la ausencia de medidas del gobierno federal dirigidas hacia las favelas, Agencia Pública conversó con comunicadores populares en cinco capitales del país: Belém, Salvador, Pernambuco, São Paulo y Río de Janeiro, y contaron cómo se están articulando en la lucha contra la pandemia de coronavirus.

En São Paulo, se utiliza el lenguaje de las zonas populares en un podcast

“Cuando pensamos en la comunicación en los suburbios de Brasil, es un tema muy complejo, porque la realidad en ese territorio cambia. Cuando pensamos en la gente de São Paulo, pensamos en grupos poblaciones, distritos, aglomeraciones. Cuando hablamos de las favelas de Río, se trata de otro grupo demográfico. Si hablamos del noreste, es un lugar aún más diferente. Cuando pensamos en la articulación nacional de los comunicadores, nos enfrentamos a estas complejidades entre territorios”, señala Ronaldo Mattos, comunicador y miembro del proyecto Desenrola e Não Me Enrola, que reúne a comunicadores de los suburbios de São Paulo, la ciudad que es el epicentro del Covid-19 en el país.

Ronaldo Mattos, Flavinha Lopes, Thais Siqueira y Evelyn Vilhena, integrantes del proyecto Desenrola e Não Me Enrola

Para combatir las noticias falsas, dar consejos de prevención y actualizar las medidas gubernamentales, Mattos se unió a la periodista Gisele Brito y al comunicador Tony Marlon de los sitios Periferia em Movimento y Alma Preta. Juntos, comenzaron a producir el podcast Pandemia Sem Neurose (pandemia sin neurosis).

“Pensamos en un podcast corto, de 2 a 3 minutos de duración, al que las personas no tuvieran que dedicar mucho tiempo, que se cargara rápido en el teléfono, no ocupara espacio en la memoria del dispositivo y se pudiera reproducir a mayor escala. Ha tenido mucho éxito. Hemos recibido comentarios de personas mayores, de personas que viven en regiones completamente diferentes. Desde la zona sur hasta el extremo norte”, dice.

Hablar a los suburbios y no sobre los suburbios representa para Ronaldo un “problema de estructuración”, dice. “De no ser así, informar en las aglomeraciones irregulares se convierte en un producto puramente periodístico. Independientemente de si vives en una zona popular o no, vas a producir contenido sobre esos territorios y es algo que tiene un valor muy fuerte. Pero, si esa información no termina en manos de quienes la necesitan, ¿cuál es el valor público de ese reportaje? ¿De ese contenido periodístico? La información debe poder usarse para un debate entre ancianos y jóvenes que van a fiestas, porque todavía no entienden la gravedad del virus y las posibilidades de contagio. Por lo que hemos estado prestando atención a todo esto”, explica.

En São Paulo, se están llevando a cabo otras acciones en las dos favelas más grandes del estado. En Heliópolis, União de Núcleos y Asociaciones de Residentes (UNAS) se han estado promoviendo campañas para recolectar alimentos y productos de higiene. También se hizo recientemente una encuesta en línea sin precedentes sobre el impacto del coronavirus en las favelas. De los 653 formularios respondidos, sobresale la pregunta sobre la situación económica: “El 68 % de las familias de Heliópolis ya han experimentado pérdidas en sus ingresos mensuales desde que se adoptaron las medidas de aislamiento, del cual el 19 % dice no tener más ingresos”.

En Paraisópolis, União dos Moradores creó comités con líderes vecinales. Según el presidente de la asociación, Gilson Rodrigues, “identificamos 420 líderes que se ofrecieron como voluntarios y supervisarán 50 hogares en promedio. La idea es cubrir 21 mil hogares y llegar a la población de 100 mil habitantes que viven en las favelas”.

Desmontando las noticias falsas en los suburbios de Belém

“Se tomó la decisión de cerrar las calles para reclamar el derecho a tener agua. ¿Por qué no está llegando agua? Cuando llega el agua, es muy amarilla”, dice un residente del barrio Terra Firme, en las afueras de Belém, Pará, que cuenta con 60 mil habitantes. Una estudiante, Izabela Chaves, de 25 años, residente local y comunicadora popular graba la escena. La noticia del coronavirus fue el desencadenante de una protesta el 18 de marzo, en la que se cerró una avenida con quema de palos, restos de muebles y neumáticos. “Les preocupaba ir a trabajar, bañarse y hacer lo básico”, dice Izabela. La joven estudiante de cine y audiovisuales forma parte del colectivo Tela Firme, que se centra en la producción audiovisual y la formación de jóvenes de las afueras de Belém.

El colectivo se unió al Laboratorio de Jóvenes Comunicadores de las afueras de Belém, que se formó rápidamente el 22 de marzo, con el objetivo de supervisar el contenido oficial, mostrar pautas y denuncias de los suburbios ante la pandemia. Combate las noticias falsas e informa de acuerdo con la realidad local.

La profesora Lilia Melo, coordinadora del proyecto Cine Clube TF (parte de la coalición), destaca la importancia de los informantes de los suburbios en este período. “Con el tema del coronavirus, aprovechamos nuestra red para poder brindar orientación sobre cómo prevenir y combatir el virus utilizando un lenguaje juvenil para el público joven. Nos dimos cuenta de que aquí en el barrio, hay algunos jóvenes que todavía no están conscientes de la gravedad del asunto. Dentro de su realidad y las dificultades que enfrentan, terminan ridiculizando algunas recomendaciones del gobierno federal y estatal, ya que no se ajustan a la realidad de los suburbios”, señala Lilia.

En Recife, los carteles traducen el mensaje oficial

Cartel en barrio marginal de Totó, en Recife

El lenguaje seleccionado también debe ser el idóneo para la cineasta de los suburbios Yane Mendes, quien, a pesar de ser la “diseñadora cero”, decidió adaptar la información proporcionada por el Ministerio de Salud y dirigirla a los aproximadamente 2500 residentes del barrio marginal de Totó, en Recife, Pernambuco. Molesta, ella misma fue a buscar los carteles, ya que consideraba que el envío del material informativo que aclara las medidas para prevenir el coronavirus había sido negligente por parte de los organismos municipales. Sin embargo, en vista de que su contenido era técnico, institucional y protocolar, Yane redactó su propio comunicado y comenzó a pegarlo junto a los carteles creados por el Departamento de Salud, haciendo una especie de traducción del mensaje institucional. “La idea es transmitir el mensaje de forma directa, con pocas palabras, incluso de manera sencilla”.

Yane afirma que la acción de pegar los carteles valió la pena, ya que algunos residentes que no la conocían comenzaron a buscarla para conocer las próximas intervenciones. También contactó con personas de otras comunidades para solicitar el material, enfatizando la importancia de usar un lenguaje directo para la población. Es por ello, que Yane ha creado un grupo de Whatsapp con las personas interesadas en construir formas de comunicarse donde viven.

En las afueras de Salvador, la idea no es asustar a la comunidad

Los comunicadores y los activistas combaten la desinformación en Salvador

La difusión de noticias falsas sobre el coronavirus también preocupa a Jefferson Borges, publicista, activista social y fundador del portal NORDESTeuSOU. Borges vive en las afueras de Salvador, en el barrio noreste de Amaralina. Jefferson dice que las noticias falsas crean miedo entre los residentes y no saben qué creer. “Aquí hay muchas cadenas con mensajes y, a veces, dan noticias de que alguien murió. Así que tenemos que verificar para no asustar a la comunidad”, dice.

En un intento por mitigar los impactos de estas noticias, el colectivo adoptó estrategias y un lenguaje de información destinados a aclarar a los residentes sobre la situación local real. Por tal motivo, los miembros del portal comenzaron a distribuir folletos en algunos puntos de alto tránsito. El contenido, centrado en medidas preventivas, también se distribuye por mensajes de celular. Además, un auto con sonido en altavoz circula proporcionando información durante 5 horas al día.

Los panfletos entregados a los residentes buscan advertir sobre los riesgos del coronavirus

Río de Janeiro, “lo que había en Europa, también estaba aquí”

Una comunidad en la que los informantes no tuvieron tiempo de combatir las noticias falsas fue Ciudad de Dios, una de las favelas más grandes del oeste de Río de Janeiro. El 22 de marzo, el Departamento de Salud Municipal confirmó el primer caso de contaminación local. Para Ricardo Fernandes, actor y residente, “después del primer caso confirmado, la gente se dio cuenta de que realmente se trataba de algo grave, y lo que había en Europa, también estaba aquí. Y se evidenció un claro cambio en el comportamiento de los residentes”.

Ricardo forma parte de la reciente iniciativa de unir a residentes, activistas, profesionales de la salud, colectivos e individuos, en el Frente CDD. La acción surgió de la necesidad de reducir los efectos del coronavirus en la comunidad. “Ya había dos colectivos del CDD haciendo una campaña de donación de alimentos. Y luego creamos el Frente para expandir la campaña, para ir más allá de la donación y crear conciencia entre los residentes. Pero el objetivo final del Frente es reducir el impacto general del coronavirus. Ya no solo tenemos los problemas diarios comunes por ser un barrio marginal en Río de Janeiro: violencia, falta de saneamiento básico, falta de clases, falta de agua. Todos estos problemas siempre han estado en nuestra vida diaria. Con el coronavirus, todos ellos se han potencializado”, denuncia el comunicador y activista.

Cartel realizado por el Frente CDD, de Ciudad de Dios, en Río de Janeiro

En otra comunidad, en el Complexo do Alemão, los comunicadores se organizaron para llevar a cabo su propia campaña de sensibilización. Crearon pancartas y boletines que pegaron en los postes, distribuyeron panfletos y tuvieron conversaciones frente a frente en las calles, llamando la atención sobre la importancia de tratar de evitar el coronavirus.

El 26 de marzo, la Fundación Oswaldo Cruz, una institución pública y estratégica vinculada al Ministerio de Salud de Brasil, convocó una conferencia de prensa a través de YouTube solo para comunicadores populares de las favelas de Río de Janeiro. Sin embargo, otros estados estuvieron representados. Más de 100 personas participaron en la conferencia enviando preguntas.

Traduccion: Mary Gómez.

Arquivo pessoal
Arquivo pessoal
Arquivo pessoal
Reprodução
Reprodução

Não é todo mundo que chega até aqui não! Você faz parte do grupo mais fiel da Pública, que costuma vir com a gente até a última palavra do texto. Mas sabia que menos de 1% de nossos leitores apoiam nosso trabalho financeiramente? Estes são Aliados da Pública, que são muito bem recompensados pela ajuda que eles dão. São descontos em livros, streaming de graça, participação nas nossas newsletters e contato direto com a redação em troca de um apoio que custa menos de R$ 1 por dia.

Clica aqui pra saber mais!

Quer entender melhor? A Pública te ajuda.

Faça parte

Saiba de tudo que investigamos

Fique por dentro

Receba conteúdos exclusivos da Pública de graça no seu email.

Artigos mais recentes