“Aquí en el Ministerio de Salud apoyamos por completo el movimiento. Defendemos la vida desde la concepción”, dice abiertamente el Secretario Nacional de Atención Primaria de Salud del Ministerio, Rafael Câmara, en la participación de la 14a Marcha por la vida. El evento promovido el pasado 15 de junio por el movimiento Brasil sem Aborto – que tiene entre sus fundadoras a la ministra de la Mujer, Familia y los Derechos Humanos, Damares Alves – por causa de la pandemia fue transmitido en YouTube.
Rafael Câmara dirige un departamento que tiene un rol estratégico para la salud de la mujer, puesto que es la puerta de entrada para cualquier atención en el Sistema Único de la Salud (SUS). La Secretaría Nacional de Atención Primaria también es responsable por “coordinar la formulación y la definición de lineamientos para el financiamiento federal de las políticas, de los programas y de las estrategias estructurantes”, según el sitio web del ministerio.
Con la gran magnitud de poder en sus manos, el médico y activista defiende el método de abstinencia sexual como una forma de prevenir embarazos no deseados y declaró en el evento – en contra de los datos y expertos en el tema – que “continuar diciendo que lo que mata es el aborto es caer en discusiones para querer la despenalización. No es eso lo que mata a las mujeres”. En una audiencia sobre el debate de la despenalización del aborto en la Corte Suprema (STF), que tuvo lugar en el 2018, Câmara ya había negado los datos de mortalidad por aborto inseguro – una de las principales causas de muerte materna en Brasil. – dijo también que las mujeres negras no son las que más mueren, contrario a los señalamientos del propio Ministerio de Salud.
De igual manera, en la Marcha por la vida, Câmara señaló que el ministerio lanzó una nota prohibiendo la telemedicina “para casos de aborto” durante la pandemia por Covid-19. “Eso solo dará a los crímenes la oportunidad de que el misopostrol (siendo recetado) vaya de aquí para allá”. Este es el medicamento utilizado en las prácticas asistenciales obstétricas – por ejemplo, en el auxilio de aborto legal- se refiere Câmara. El misopostrol está sujeto al control especial para el uso exclusivo del área hospitalaria y su venta está prohibida en las farmacias, incluso su comercialización es considerado un crimen en Brasil.
En el evento, también tuvo participación la abogada Angela Gandra, actual secretaria de la Familia del Ministerio de la Mujer, de la Familia y de los Derechos Humanos, liderado por Damares Alves. Férrea defensora del movimiento contra el aborto, la secretaria es hija de un reconocido juez brasileño y hermana de un miembro del Tribunal Superior del Trabajo (TST), ambos vinculados a la organización católica ultraconservadora Opus Dei.
En noviembre del 2020 – en medio de la pandemia por Covid-19 -, Angela se presentó en Polonia al ser invitada por otra organización ultraconservadora contra el aborto, Ordo Iuri, Para dar una charla en la conferencia de Defensa de los Derechos de la Mujer (Women’s Rights Conference). En octubre, el país había fortalecido sus leyes, haciendo que la práctica de aborto fuese casi imposible, provocando una oleada de protestas.
En la transmisión, que está disponible en el canal del evento en YouTube, Angela dice que el Ministerio de la Mujer, de la Familia y de los Derechos Humanos de Brasil está articulando una iniciativa contra la igualdad de géneros y los derechos de la mujer, que involucran a familias y legisladores. “Acudimos a los jueces para explicarles lo que está sucediendo. Por ejemplo, ayer me presenté en el STF en nombre del ministerio para mostrar que la ideología de género puede hacer mucho daño a las familias y los niños”. En la charla, que dura casi 39 minutos, Angela adopta una posición contra el aborto en cualquier caso favoreciendo la vida desde la concepción. Manifiesta que el aborto está relacionado a una “hipersexualidad de la sociedad actual” y que la maternidad es una vocación de todas las mujeres.
Câmara y Angela están entre los principales interlocutores de las pautas contra el aborto en el gobierno federal, quien tiene en la evangélica Damares su defensora más destacada. Ni siquiera la mayor crisis de salud en los últimos tiempos impidió que estos actores del Ejecutivo, junto a parlamentarios religiosos y conservadores, siguieran multiplicando propuestas contra el aborto en el Congreso brasilero.
En el primer semestre de este año, mientras la situación de la pandemia empeoraba en Brasil, se presentaron al menos 484 propuestas legislativas sobre derechos sexuales y reproductivos. Los datos provienen del Centro de Estudios y Asesoramiento feministas (Cfemea), que desde 1999 se encarga del seguimiento a la temática en el Congreso. Así mismo, según informaciones de primera mano ofrecidas por Cfemea al Público, al menos 264 de estas propuestas son proyectos de ley.
La tendencia al alza se remonta a los inicios del gobierno de Bolsonaro. Hasta el 2018, Cfemea monitorizaba 50 proyectos de ley sobre los derechos sexuales y reproductivos, considerados los más relevantes. Entre 2019 y 2020 entraron en el radar 29 proyectos más. De estos, 21 fueron clasificados como desfavorables a los derechos de las mujeres, ya que pretendían establecer conceptos como “derecho a la vida desde la concepción” y/o aumentar penas para la interrupción del embarazo, es decir, de modo general estas propuestas apuntan a criminalizar el aborto aún más, que en Brasil es legal solo en casos de violación, hidrocefalia del feto y riesgo de la vida de la gestante.
El investigador Rulian Emmerick ,sigue de un modo más puntual solo las propuestas relacionadas directamente con el aborto. En el 2020 ya en el contexto de la pandemia, dice que “13 de los 23 proyectos de ley sobre el aborto, presentados en el Congreso Nacional eran desfavorables a los derechos de las mujeres”. Profesor de Sociología de la universidad Federal Rural de Rio de Janeiro. Emmerik afirma que, en los dos primeros años del gobierno de Bolsonaro la cantidad de propuestas que pretendieron criminalizar aún más sobre el aborto fueron “tres veces mayor que las que favorecían la descriminalización”. “Todos los diecinueve proyectos de ley presentados en el 2019 eran desfavorables”, destaca.
El propio Bolsonario fue claro al afirmar que “mientras sea presidente no habrá aborto” en Brasil. El discurso fue pronunciado en respuesta a una manifestación del sacerdote Polonés y activista contra el aborto Pedro Stepien, qué llevó un coro de niños al palacio da Alvorada en medio de una pandemia para cantar “vida sim, aborto não” y ofrecer como presente fetos de juguete al presidente. El religioso está vinculado a la asociación Nacional Pro-vida y Pro-familia, organización que firmó una carta en defensa del nombramiento de la ministra Damares Alves y es parte de Human life international, una organisación norteamericana que tiene misioneros en varios países y tiene influencia política con parlamentarios y miembros del ejecutivo.
Otro activista contra el aborto con relaciones en el congreso es el profesor Hermes Rodriguez Nery, coordinador del Movimiento Legislación y Vida. El año pasado denunció a un médico al Concejo Nacional de Medicina por realizar el aborto legal de una niña de 10 años víctima de violación. El caso ganó repercusión nacional e internacional por la intervención de grupos religiosos conservadores, para intentar impedir la realización del procedimiento autorizado por la Justicia, incluso con evidencia de intervención de la ministra Damares Alves.
En este año los proyectos también pasaron a contar con el apoyo del nuevo presidente de la cámara, observa Masra Abreu, integrante de Cfemea, que participa del seguimiento del Congreso. Según ella desde que asumió el cargo en el inicio de este año Arthur Lira viene haciendo cambios de régimen que favorecen a los diputados Pro-Vida e “inviabilizan cualquier reacción de diputados Pro-derechos, facilitando la tramitación de la agenda del grupo de gobierno.”
Diputadas conservadoras lideran el movimiento antiderechos
El seguimiento de la actividad legislativa muestra un mayor papel de las mujeres parlamentarias en la presentación de los proyectos de ley que atentan contra los derechos reproductivos. El año pasado, el investigador Emmerick contó 12 de los 13 proyectos de ley como escritos por mujeres “sin embargo, este protagonismo estuvo íntimamente ligado a agendas desfavorables”, dice.
Para la politóloga Flávia Biroli, las pautas contra el aborto “se utilizan como plataforma política y han sido asumidas por parlamentarios, hombres y mujeres, en el primer mandato, que aprovecharon la ola de bolsonarismo – y la popularidad de Damares – para ser elegido”.
“La bandera “pro-vida” es definida históricamente por grupos religiosos, como los evangélicos y los católicos, que se unen en esta militancia. Sin embargo, esta nueva generación de legisladores de extrema derecha, está impulsando los proyectos de forma más radical. Acto diferente a la derecha tradicional. Estos nuevos actores incentivan el fortalecimiento de los grupos conservadores en el propio congreso y fuera de él”, analiza.
En el estudio “Triumph of the women? The female face of right-wing populism and extremism” (¿Triunfo de las mujeres? El rostro femenino del populismo y el extremismo de derecha – en traducción libre), publicado a principios de este año, Flávia habla sobre cómo el género ha pasado al centro del programa Bolsonaro funcionario del gobierno aún el 2018. Ella afirma que, si bien la posiciones conservadoras contra el derecho al aborto fueron parte de las disputas nacionales en 2010 y 2014, “esta fue la primera vez que se empatizó un enfoque explícito contra el género y el feminismo en términos más generales por uno de los principales candidatos”. Entre los protagonistas de este agendas se encuentran mujeres conservadoras, que, especialmente a través de las iglesias cristianas, encontraron espacio político en este gobierno.
Articulación internacional contra los derechos de las mujeres
Un ejemplo relevante de este grupo es la abogada y diputada Chris Tonietto, lanzada como candidata por el grupo Católico conservador Centro Don Bosco, del cual es una de las fundadoras. La parlamentaria creó y coordina el Frente Parlamentario Mixto contra el Aborto y en Defensa a la vida, que se lanzó en presencia de la secretaria Nacional de la Familia, Angela Granda. El grupo está compuesto por 194 diputados federales – incluyendo al presidente de la cámara Arthur Lira y a la presidente de la Constitución, Justicia y Ciudadanía – considerada la más importante de la cámara de los diputados, Bia Kicis.
El año pasado, la diputada tuvo por lo menos cuatro reuniones oficiales con la Secretaria Nacional de la Familia. Una de ellos fue con el Ministerio de las Relaciones Exteriores para discutir la creación del “Frente Parlamentario Latinoamericano en Defensa de la Vida y de la Familia”. “Un fuerte grupo de trabajo encabezado por Angela con parlamentarios Brasileños y de otros Países”, explicó Tonietto en una conferencia. “Si bien es un frente parlamentario, el trabajo integrado con el poder ejecutivo es fundamental” Dijo en esa ocasión.
El frente Parlamentario Latinoamericano en Defensa de la Vida y de la Familia es una de las acciones de una agenda internacional contra el aborto de la cual hace parte el Ministerio de la Mujer, Familia y Derechos Humanos. La ministra Damares ha participado de encuentros con partidos e instituciones conservadoras en varios países, como Argentina, Estados Unidos y Hungría. El año pasado, bajo el comando de Damares y del Ex-ministro de las Relaciones Exteriores, Ernesto Araújo, Brasil firmó una declaración internacional contra el aborto. La alianza fue impulsada por el antiguo gobierno norte-americano, junto con países ultraconservadores europeos e árabes. Con la salida de los EUA después del fin del mandato de Trump, Brasil ha estado tratando de tomar la delantera en la alianza ultraconservadora contra el aborto en el mundo.