En Brasil, solo en septiembre hubo 164 focos de incendio que avanzaron en tierras indígenas (TI) en Pantanal, la llanura aluvial más grande del planeta. En agosto, hubo más de 200. Casi la mitad de las áreas indígenas regularizadas en la región ya enfrentan incendios que han rodeado aldeas, destruido casas y cultivos y provocado hospitalizaciones de personas por problemas respiratorios.
Las conclusiones son el resultado de una encuesta de Agência Pública basada en datos satelitales del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE). La investigación analizó todos los focos de incendios registrados en Pantanal en 2020 y reveló que el número de incendios comenzó a aumentar a finales de julio, pero alcanzó un pico en agosto y septiembre: el 72 % de los focos de incendio de este año ocurrió solo en esos dos meses.
Los datos satelitales también revelan que, en algunos de los lugares que más sufrieron, surgieron focos de incendios que se multiplicaron primero en propiedades privadas y luego se apoderaron de las tierras indígenas. Además, parte de los incendios se inició en áreas de reserva legal y bosque nativo de propiedad de terratenientes, que están protegidos por la ley y deben ser preservados.
Cinco terrenos indígenas han registrado incendios; al igual que tres parques estatales y federales
En total, Pública encontró focos de incendio en cinco terrenos indígenas regularizados en los municipios de Pantanal: en casi la mitad de los 11 que hay en la región. La zona indígena con más focos de incendio es también la más grande, el terreno indígena Kadiwéu, Terena y Kadiwéu, en Mato Grosso do Sul. Hubo 176 brotes de incendio desde mayo de este año, y la mayoría tuvo lugar en agosto.
Además, en todo Pantanal, existen registros de incendios en tres parques estatales, en un parque nacional, en un área de protección ambiental, en dos reservas privadas y en una estación ecológica.
Todos los municipios de Pantanal registraron incendios entre julio y septiembre. Poconé y Barão de Melgaço, en Mato Grosso, fueron los que registraron más cantidad. El Parque Estatal Encontro das Águas se encuentra en estos dos municipios.
“El fuego estalló de repente”, “todo se está acabando”, dicen los indígenas
“El fuego comenzó afuera de las tierras indígenas. Cuando llegó, llegó con todo, entró de repente”, informó para el reportaje el educador indígena Estêvão Bororo, conocido como Estevinho. Pública buscó a Estevinho después de haber verificado en las imágenes satelitales, que el terreno indígena Tereza Cristina, del pueblo Bororo, estuvo envuelto con los incendios. El territorio, que se encuentra en una zona de transición desde el Cerrado (el segundo bioma más grande de América del Sur) hasta el Pantanal en el municipio de Santo Antônio do Leverger, en el estado de Mato Grosso, registró 86 focos de incendio, y 81 de ellos ocurrieron tan solo en las dos primeras semanas de septiembre.
“La tierra está cortada por el río San Lorenzo: la orilla izquierda del río se incendió, rodeó dos pueblos, quemó un puente. Luego, el fuego avanzó hacia la aldea Córrego Grande, que fue la más impactada. Llegó con todo, incluso rodeó las casas. A pesar de no incendiar las casas, nuestro líder tuvo que ir a Rondonópolis porque había inhalado mucho humo. Tenemos ancianos, embarazadas, puérperas [mujeres que han dado a luz recientemente], y niños”, informa Estevinho.
La situación también es grave en Bahía de Guató, tierra del pueblo Guató, en el municipio de Barão de Melgaço, al lado de Santo Antônio do Leverger. Los datos satelitales del INPE registraron 57 incendios en esa área en septiembre y 85 en agosto. Casi toda la extensión del territorio fue invadida por focos de incendio.
“Los incendios destruyeron jardines, quemaron casas, destruyeron gran parte de nuestro territorio, muchos árboles, animales, aves, dañaron nuestra fauna y flora y nuestra seguridad alimentaria. Estamos muy preocupados por nuestros bosques porque de ellos tomamos nuestro sustento, nuestros medicamentos tradicionales. Con los incendios, todo esto se ha visto comprometido. Ya no encontramos muchas de las hierbas que utilizamos para tratar enfermedades, y tampoco la palma acuri, que usamos para cubrir casas tradicionales y algunos utensilios, y para hacer chicha, una bebida tradicional. Todo está siendo arrasado”, dice Alessandra Guató.
La tierra de Guató se encuentra cerca del Parque Estatal Encontro das Águas, uno de los refugios de jaguares más grandes del mundo, que también fue afectado por los incendios: tan solo en agosto y septiembre hubo 456 incendios. Según un informe de G1, los incendios destruyeron el 85 % del área del parque.
El territorio de Guató es un ejemplo de cómo los focos de incendio pueden comenzar desde propiedades privadas y luego llegar a terrenos indígenas y unidades de conservación. A principios de agosto, apenas hubo incendios en el norte de la tierra de Guató. A medida que pasaban los días, comenzaron a registrarse en áreas de reservas legales y bosques nativos dentro de propiedades privadas al norte del área indígena. Luego hubo incendios dentro de las tierras indígenas. A finales de agosto, ya había brotes en casi todo el territorio indígena y se registraron 36 en solo un día.
Los retrasos y los recortes obstaculizaron la lucha contra incendios
Pública habló con un agente de PrevFogo, del Sistema Nacional de Prevención y Combate de Incendios Forestales, quien no quiso ser identificado por temor a represalias. Según el servidor, el seguimiento meteorológico ya apuntaba a la intensificación de los incendios en 2020, con temperaturas por encima y lluvias por debajo de la media.
Según él, la planificación estratégica de la agencia incluía anticipar la contratación de brigadistas para trabajar en la prevención de incendios. Sin embargo, el anuncio del contrato, que suele publicarse a mediados de abril, no se abrió hasta el 23 de junio.
Para el servidor, el retraso en la contratación ha dificultado las acciones preventivas de la agencia. “Creemos que esto ha afectado gravemente nuestro trabajo. Nuestra previsión era trabajar para tomar medidas preventivas en el mes de junio, y así poder tener una temporada no tan grave como la que estamos teniendo”, informa.
Además de verse afectados por el incendio que avanza en Pantanal, los indígenas forman parte de la fuerza que intenta evitar la destrucción de sus territorios. Según el último aviso del Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables (IBAMA) para los brigadistas en Mato Grosso do Sul, de las cinco brigadas en el estado, cuatro son indígenas.
Para Eliane Bakairi, de la Federación de Pueblos Indígenas de Mato Grosso (FEPOIMT), el número de brigadas es insuficiente, en especial en los territorios más afectados, como Baía dos Guató y TI Perigara, en Barão de Melgaço. Además, dice que los recortes presupuestarios en PrevFogo están afectando el trabajo.
Las brigadas forman parte del Programa de Brigadas Federales PrevFogo de Ibama, que se encarga de controlar, prevenir y combatir los incendios forestales. Sin embargo, según un informe de Deutsche Welle, entre 2019 y 2020 el gobierno federal redujo el presupuesto del centro en un 58 %, un recorte de R $ 13,79 millones, lo que afectó de manera negativa la contratación de brigadistas para prevenir y controlar los incendios forestales.
Al igual que en la Amazonía, Ibama multa cada vez menos en Pantanal
Con el gobierno de Bolsonaro, Ibama ha aplicado menos multas en Brasil, y la situación se repite en Pantanal. Según datos recogidos por Pública, en el primer año del mandato presidencial se redujo en un 71 % el monto de las multas relacionadas con la flora en Pantanal, en comparación con el año anterior. Las multas en esta categoría incluyen violaciones de deforestación e incendios ilegales, por ejemplo.
La reducción se mantuvo en 2020. A finales de agosto, se registraron 21 multas en los municipios de Pantanal, el menor número de multas de la década, comparando los mismos meses. En el año anterior, esa cifra fue más del doble, con 54 multas impuestas en la región entre enero y agosto de 2019.
De los 16 municipios que forman parte de Pantanal, diez tuvieron menos multas en 2019 con respecto a 2018. Entre ellos se encuentra Corumbá, la ciudad con mayor número de focos de incendios registrados esta temporada y donde se investiga un posible inicio criminal de los incendios en Mato Grosso do Sul.
“La gente acaba sintiéndose libre de poder cometer delitos ambientales, y esto ha sido reforzado por el propio presidente”, declara un brigadier de Ibama para el reportaje, bajo condición de anonimato. Según él, la agencia ha tenido dificultades para apoderarse de propiedades y destruir la maquinaria utilizada en infracciones ambientales, lo que compromete la inspección.
En agosto, Pública reveló una situación similar en la Amazonía, donde las multas disminuyeron en regiones con mayor deforestación.
Solicitamos a Ibama y la Fundación Nacional India (Funai) que aclararan sobre la situación, pero no obtuvimos respuesta.